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25 feb 2007

Kabir

Rogelio Alonso Laguna García (RALG), un compañero y colega de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, escribió las siguientes líneas en las que sencillamente nos convida un poco de la milenaria sabiduría del cercano oriente, al tiempo que nos invita a reflexionar sobre ese "Dios" que todos en algún momento de nuestras vidas buscamos. ¿Está entonces en la Madre Naturaleza la respuesta infinita a la que el hombre se ha auto condenado a responder? Leamos a RALG: (Imágenes: Magazine cover / Fotolia.es)

Había un hombre llamado Kabir en la antigua India que llamaba al alma un cisne, que predicaba un mundo donde no existían ni el dolor ni el sufrimiento, un sitio donde los árboles florecían primaveralmente y donde no tenían lugar las dudas ni tristezas. Kabir era un poeta que escribía porque llevaba a Dios en su interior, porque la poesía era la única manera de describir la belleza del mundo, porque “Dios es el aliento de todo lo que respira” y todo esta respirando.

Era un místico que no predicaba la espera de otro mundo ni pedía llevar cargando grandes penitencias; el mundo del que él hablaba está aquí en nosotros, en todos aquellos que ven la vida desde la contemplación, desde ese espacio donde deja de existir el miedo a la muerte, donde puedes despertarte con la luz del sol en la ventana, desde donde puedes caminar sin rumbo en la madrugada y amar sin segundas intenciones.

¿Dónde me buscas, oh, servidor mío? ¡Mírame! Estoy junto a ti.No estoy en el templo ni en la mezquita, ni en el santuario de La Meca, ni en la morada de las divinidades hindúes.No estoy en los ritos y las ceremonias; ni en el ascetismo y sus renunciaciones.Si me buscas de veras me verás enseguida; y llegará el momento en que me encuentres. / Kabir

Pocas veces escribo sobre Dios, tal vez porque yo mismo pienso que hablar o escribir de algo tan personal en la actualidad es una invasión a la espiritualidad. En estos momentos de la historia ya no es válido recurrir a Dios para justificar nuestros problemas, nuestras limitaciones o el funcionamiento de las cosas; pocas personas podrían sostener un Dios externo a lo existente que ordene que las estrellas se separen unas de otras y que la vida en la Tierra continué milagrosamente. Yo mismo me rehusó a creer en vivir la vida como hombres clavados a una cruz resignados al sufrimiento, o a vivir cargando grandes rituales o tradiciones (orientales u occidentales) cuyo significado no nos es claro. La idea de un Dios que se manifiesta a través de todo lo que existe no es nueva, y sin embargo apenas estamos empezando a conocer su significado.

El Dios del que hablaba Kabir es un ser en el que podemos sumergirnos, porque nosotros formamos parte de él, porque la unión de átomo con átomo crea un flujo energético perfecto que se mueve eternamente, somos parte de la perfección porque somos parte del mundo. En palabras de este poeta místico sólo hay que abrir las ventanas al poniente y perdernos en el amor.

Escribo sobre esto porque hace unos días fui al concierto de Snatam Kaur, una mujer que interpreta mantras y cantos de la tradición Sikh (religión hindú) y de Kundalini Yoga con una voz extraordinaria y un poder tranquilizante excepcional, tuve la oportunidad de acercarme a ella mientras cantaba “Kabir’s Song” y el mensaje de la canción, inspirada en los poemas de Kabir, sigue girando en mi mente, nada hay mejor para Kabir que el hombre uniéndose al cosmos, la esencia a la que debe su humanidad, a sí mismo.

Canta aquel canto con tu vida,
así nunca necesitaras cantar otra vez.
Ama a Aquel con todo tu corazón,
así nunca tendrás que amar otra vez.
Camina aquel camino con toda tu fe,
así nunca tendrás que buscar otra vez.
/ Kabir’s Song

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sat Nam
Muy bello tu articulo.
bendiciones