¿Homo es un simil de la fruta?

El ser humano es un simil de la fruta en las características internas, propensas a ser deducidas según su apariencia externa: la epidermis en el hombre y la cascara en la fruta, los organos y las bíseras y el nectar y corazón respectivamente.

Cuando una ama de casa va al super y compra el kilogramo de manzanas de cada semana, una de las características con que tiene que cumplir dicha fruta, además del buen precio, es la de ser agradable a la vista. Luego entonces la señora "deduce" que el manjar es apetitoso por dentro como lo aparenta por fuera.

Tratandose de una fruta de supermercado, frecuentemente la fruta en exivision cumple satisfactoriamente con los requisitos de la clienta; pero, ¿Es por dentro la fruta igual de exquisita en su carne que como lo presume en su "epidermis"? No.

En un caso más natural el resultado sería satisfactorio tanto en apariencia como en sabor y porsupuesto, en nutrición.

Lo que sigue ahora es hacer una analogía entre el caso de la "fruta agradable a la vista" y el ser humano como tal. Hagamos el simil con una mujer de estereotipo actual y dinmámico, es decir, una mujer boníta y dinámica que se preocupa por tener una buena figura. Perfécto conejillo de indias para la analogía en cuestión.

Ojo que nuestro conejillo de indias es una mujer bonita y preocupada por tener un buen cuerpo, una bonita figura, pero no toma mucho en cueta su salud corporal íntegra, sólo se preocupa por su apariencia. Esta mujer tiene aproximadamente 30 años, en pleno estado de maduréz como cualquier fruta.

luego lo continúo